Deja tus preocupaciones en manos de Dios

1 Pedro 5:6-7 «Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros».

La ansiedad afecta la salud física, mental y espiritual. Jamás había visto yo tanta gente enferma por la ansiedad. La ansiedad hace que la gente se consuma por dentro. A mucha gente la ansiedad le quita el apetito a otras le da por comer demás, sin realmente tener hambre. Sé de personas que no duermen y de otras que no pueden pensar bien o que todo se les olvida. La ansiedad o el desespero también puede cambiar nuestro carácter o actitud, nos puede tornar agresivos o violentos.

No saber esperar nos hace estar anticipados o preocupados por las cosas que ni siquiera han ocurrido y talvez ni vayan a ocurrir. Eso amados, nos causa fatiga mental. Tan es así que en el Salmo 119:28 el Salmista dice:»Mi alma se deshace de ansiedad, sustentame en tu palabra».Y es así, la ansiedad hace que sintamos que nos deshacemos por dentro. Quisieramos resolver las situaciones en un santiamén, sin encomendarnos a nadie.

La ansiedad produce impaciencia, y echamos a perder las cosas por no saber esperar en el Señor. ¿Saben qué indica la impaciencia? Indica falta de confianza en el dominio soberano de Dios. Con nuestras decisiones apresuradas demostramos que en realidad no creemos que nuestro Dios controla cada circunsta ncia de nuestra vida, de manera que impaciencia es sinonimo de incredulidad. En el medio del calor de la prueba llegamos a convencernos de que Dios ha perdido control sobre nuestra vida, o que tal vez no le importa lo que nos esta pasando y pensamos que vamos a tener que resolver por nosotros mismos. Pensamos: para eso tengo educación, conocimientos, yo creo que sé como hacerlo, no puedo depender todo el tiempo de Dios.

La impaciencia siempre desemboca en la desobediencia.Y la desobediencia viene por la soberbia, que es todo lo contrario a la humildad. A los soberbios se les hace difícil someterse a las autoridades. Viven confiando en sus propias fuerzas, su intelecto, lo que trae un sinnúmero de calamidades a su vida. El hombre ha adquirido tanto conocimiento, tanta ciencia, que se le hace cada vez más difícil someterse un ser superior a él. Queremos ser sabios en nuestra propia opinion y por eso el orgullo, la soberbia está rampante.

Pablo dice en Romanos 13.2 dice que el que se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y que los que resisten, acarrean condenación para sí. ¿Queremos ser exaltados?, sometámonos, humillémos ante la mano poderosa de Dios.

¿Qué dice Pedro más adelante? «Y cuando fuere tiempo él nos exaltará» Hay hermosas promesas de parte de Dios para los humildes, para aquellos que reconocemos que no somos nada sin Dios, que nuestra fuerza es él. Provervios 29:23 dice: «la soberbia del hombre le abate pero al humide de espiritu sustenta la honra». El honrará al humilde, como dice en Isaias 66.2: «pero miraré a aquel que es humilde de espíritu y que tiembla a mi palabra»

Pero veamos algo que dice Pedro en estos versículos y que llena de ansiedad al hombre: «cuando fuere tiempo». ¡Qué difícil es esperar el tiempo del Señor! Esperar trae ansiedad. La pregunta es: ¿Cómo aprender a esperar sin ponernos ansiosos? Díficilmente podremos lograrlo si dependemos de nuestras propias fuerzas o inteligencia. Si no lo sabes, la mejor medicina para calmar la ansiedad es la confianza en Dios. Saber que él tiene cuidado de ti y que te ama puede ayudarte en gran manera a descansar y por ende aprender a esperar sin desesperarnos, sin querer superar a Dios, porque en muchas ocasiones pedimos ayuda a Dios pero en nuestro interior creemos que podemos resolver la situación más rápido o mejor que él.

Pero hay más en estos versículos dice: sed sobrios y velad porque el enemigo anda como león rugiente, buscando a quién devorar; Tenemos que estar apercibidos, Sabemos que la impaciencia siempre desemboca en la desobediencia. Y la desobediencia viene por la soberbia y que dificil se nos hace a veces aceptar las cosas, nos justificamos, culpamos a los demas y a Dios y así no podemos ir al quebrantamiento, al arrepentimiento a buscar el perdón de Dios. Se llega al corazón de Dios es por medio del quebrantamiento. Mientras no confieses tu pecado, será como ir muriendo lentamente. Y no podras ser restaurado.

A la luz de la Palabra de Dios, Pedro nos exhorta a ser humildes delante de Dios, a saber esperar en el tiempo del Señor. Dice la palabra que Dios nos exaltará, nos dará la salida, nos dará la victoria en su tiempo. Nos dice más, Pedro dice que echemos toda nuestra ansiedad sobre nuestro Señor, porque no hay otro que pueda tener más cuidado de nosotros que nuestro Dios. ¿Estas sufriendo de ansiedad? hoy te invito a que la canalices a través del amor sanador de nuestro Señor Jesucristo. El siempre esta listo para recibir tus ansiedades e inquietudes.

Dios nos ha dado unas instrucciones en este día: «Humíllate a mí, busca de mí, yo tengo todo el poder, no te eches tu la carga, no manejes tu mismo tus ansiedades, temores, angustias, desesperación, no te impacientes, echalas todas sobre mí. ¿Quien si no yo puede resolverlas mejor, quien si no Yo, que te amo , que tengo cuidado de ti. Espera en mí, confía en mí y te exaltaré cuando sea el tiempo, El tiempo correcto para que haya bendición en tu vida hasta que sobreabunde. Es tiempo de que abras tus ojos espirituales y reconozcas las artimañas que el enemigo está usando para debilitar tu fé. Resiste, un poco mas, sólo un poco mas y dejame a mi perfeccionarte, darte la fuerza, afirmar tu fe y establecer tu salvación.»

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