¡Tu victoria está asegurada!, solo confía y espera en Dios

Cada vez que pasamos una prueba es como si nos enfrentáramos con un gigante que podría llamarse: enfermedad, deudas, divorcio, soledad, droga, alcohol, identidad, baja autoestima, etc. Sin importar el nombre que tenga, origina en la mayoría de nosotros temor, preocupación y estrés porque sólo nos enfocamos en él, cuando lo que deberíamos hacer es mirar al cielo y pedirle a Dios que nos ayude, que nos dé las fuerzas necesarias para pasar ese momento, como lo hizo Jesús en el huerto de Getsemaní diciendo las siguientes palabras: “Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”. Lucas 22:41

El mejor ejemplo que tenemos en la Biblia es David, quien era sólo un pastor, de estatura mediana y contextura delgada,  pero mató al gigante Goliat con cinco piedras y una honda. No fue su destreza la que le permitió obtener la victoria, sino haber puesto su mirada y confianza en Dios. Esa es la actitud que deberíamos tener cada vez que enfrentemos a nuestros gigantes, pues la batalla no la ganaremos con nuestras propias fuerzas sino con el poder de Dios.

Y dijo David al gigante: “Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del Señor Todopoderoso, el Dios de los ejércitos de Israel, a quien tú has provocado”. 1 Samuel 17:45

Ya no le sigas preguntando “¿Por qué?”, empieza a preguntarle “¿Para qué?”, dentro de poco tiempo entenderás que ésta experiencia era necesaria para que aprendieras algo más o tal vez es el medio a través del cual Dios está respondiendo a una de tus oraciones. Él hace que todas las cosas cooperenpara tu bien, según sus propósitos.

Deja de enfocarte en la apariencia de tu problema, enfócate en la grandeza de Dios.

“¡MÍA ES LA VICTORIA!” DICE EL SEÑOR

Hay un relato muy inspirador en el libro de Jueces capitulo 7 que habla de una batalla entre el pueblo de Israel con  los madianitas, los amalecitas y los hijos del oriente. Hubo un momento muy demandante para los que enfrentaban esta situación. ¡Que largo debió parecerle a Gedeón aquellos instantes mientras estaba parado firme frente a un ejercito innumerable como la arena del mar con un ejército de tan sólo trescientos hombres armados sólo con cántaros y antorchas encendidas.
¡Trescientos hombres escogidos por Dios frente a un ejército innumerable! Esta era “su realidad”. Pero bendito es nuestro Dios y Padre que siempre se impone a cualquier circunstancia en este mundo cuando confiamos en El.
En este punto, Gedeón había obedecido cada paso a su Dios. En vez de aumentar su ejército haciendo campaña para reclutar más hombres dijo:
“Quien tema y se estremezca, madrugue y devuélvase”. Jueces 7:3
Después, Dios instruyó a Gedeón para separar a aquellos que tenían prácticas idolatras y también fueron despachados, sólo quedaron con él trescientos hombres que no habían doblado sus rodillas delante de algún ídolo.
Todo lo que Dios estaba ordenando a Gedeón y él obedeciendo, parecía tan descabellado que Dios tuvo que fortalecer su creencia:
Jueces 7: 9
9 Aconteció que aquella noche Jehová le dijo: Levántate, y desciende al campamento; PORQUE YO LO HE ENTREGADO EN TUS MANOS.
¡El Todopoderoso le está pidiendo a Gedeón que vaya al campamento enemigo! Y le está dando una clara promesa como ya cumplida.
10 Y SI TIENES TEMOR DE DESCENDER, baja tú con Fura tu criado al campamento,
11 Y OIRÁS LO QUE HABLAN; Y ENTONCES TUS MANOS SE ESFORZARÁN, y descenderás al campamento. Y ÉL DESCENDIÓ CON FURA SU CRIADO hasta los puestos avanzados de la gente armada que estaba en el campamento.
¡Claro que Gedeón tenía miedo! Y fue con su criado, él obedeció, su Dios le había dicho que escucharía algo que lo fortalecería.
12 Y los madianitas, los amalecitas y los hijos del oriente estaban tendidos en el valle como langostas en multitud, y sus camellos eran innumerables como la arena que está a la ribera del mar en multitud.
¡Qué circunstancias! ¡Esto lucia terrible!
Muchas veces en nuestras vidas, las circunstancias generalmente nos gritan: ¡tienes todo para perder! Pero nuestro Dios nos dice: ¡MÍA ES LA VICTORIA!!
13 Cuando llegó Gedeón, he aquí que un hombre estaba contando a su compañero un sueño, diciendo: He aquí yo soñé un sueño: Veía un pan de cebada que rodaba hasta el campamento de Madián, y llegó a la tienda, y la golpeó de tal manera que cayó, y la trastornó de arriba abajo, y la tienda cayó.
14 Y su compañero respondió y dijo: Esto no es otra cosa sino la espada de Gedeón hijo de Joás, varón de Israel. DIOS HA ENTREGADO EN SUS MANOS A LOS MADIANITAS CON TODO EL CAMPAMENTO.
¡El enemigo temía ante El Dios Vivo y a la espada de Gedeón! Y es asombroso que Dios,  ¡por boca de un incrédulo  confirmara a Gedeón lo que Él ya le había dicho por revelación! ¡Eso fortaleció su alma! ¡Nuestro Dios es absolutamente maravilloso! ¡El TODOPODEROSO!!! Para Él no hay nada imposible y tan sólo necesitamos confiar en Su poder y fidelidad a pesar de lo que las circunstancias nos digan.
15 Cuando Gedeón oyó el relato del sueño y su interpretación, ADORÓ; y vuelto al campamento de Israel, dijo: LEVANTAOS, PORQUE JEHOVÁ HA ENTREGADO EL CAMPAMENTO DE MADIÁN EN VUESTRAS MANOS!!!
16 Y repartiendo los trescientos hombres en tres escuadrones, dio a todos ellos trompetas en sus manos, y cántaros vacíos con teas ardiendo dentro de los cántaros.
¿! Así se va a la guerra!!!? ¿Armado con trompetas, cántaros y antorchas!?¡Dios sigue dando instrucciones a Gedeón que son un reto para obedecer!
17 Y les dijo: Miradme a mí, y haced como hago yo; he aquí que cuando yo llegue al extremo del campamento, haréis vosotros como hago yo.
18 Yo tocaré la trompeta, y todos los que estarán conmigo; y vosotros tocaréis entonces las trompetas alrededor de todo el campamento, y diréis: ¡Por Jehová y por Gedeón!
19 Llegaron, pues, Gedeón y los cien hombres que llevaba consigo, al extremo del campamento, al principio de la guardia de la medianoche, cuando acababan de renovar los centinelas; y tocaron las trompetas, y quebraron los cántaros que llevaban en sus manos.
20 Y los tres escuadrones tocaron las trompetas, y quebrando los cántaros tomaron en la mano izquierda las teas, y en la derecha las trompetas con que tocaban, y gritaron: ¡Por la espada de Jehová y de Gedeón!
Se suponía que solamente los capitanes del ejercito llevaban trompetas para dar la orden de batalla, así que el enemigo asustado sólo escuchó un gran estruendo del quebrar de los cántaros y las trompetas y los gritos de estos trescientos hombres. ¡Aquello debió ser espectacular! ¡Nuestro Dios es El más maravilloso Estratega! ¡Supo qué momento preciso escoger para producir aquel estruendo de victoria!
21 Y SE ESTUVIERON FIRMES CADA UNO EN SU PUESTO en derredor del campamento; entonces todo el ejército echó a correr dando gritos y huyendo.
¡Este momento era crítico, muy demandante! Y ellos sólo permanecieron quietos como su Dios les había ordenado. El hombre de Dios, junto con los trescientos que le acompañaban, tuvieron que creer la revelación de Dios que era totalmente contraria los cinco sentidos. Hicieron lo que Dios les dijo: tocaron sus trompetas, quebraron sus cántaros y estuvieron firmes cada uno en su puesto. ¡ Así dieron Su grito de victoria!
22 Y los trescientos tocaban las trompetas; y JEHOVÁ PUSO la espada de cada uno contra su compañero en todo el campamento. Y el ejército huyó hasta Bet-sita, en dirección de Zerera, y hasta la frontera de Abel-mehola en Tabat.
¡Que historia tan asombrosa! ¡Son las hazañas de Un Héroe maravilloso Quien es nuestro Dios y Padre, el TODOPODEROSO!
Gedeón y su pequeño ejército, aun persiguieron y derrotaron por completo a aquellos que quedaron del ejército de Madian, incluso encontrando fuerte oposición entre sus propios hermanos. Dice la Palabra que la tierra de Israel reposó cuarenta años por esta victoria.
Este registro, es un magnífico ejemplo de cómo el poder del Altísimo Señor y Dios Omnipotente se sobrepone a todo lo que este mundo presenta como superior, a cualquier circunstancia. Por supuesto que Gedeón jamás habría logrado tamaña victoria con sus propias fuerzas y con un ejército tan pequeño, pero el poder de Dios se impuso y brilló Su gloria.
Amados de Dios, tenemos la opción de permanecer quietos y firmes ante las promesas de Dios, como Gedeón permaneció ante aquel ejército innumerable, tenemos el gran gozo y privilegio de dar el gran grito de victoria de Cristo en todas las batallas que enfrentamos y que no son nuestras batallas, sino del Señor. Sabemos quién ha vencido –Cristo Jesús –  y tenemos el derecho de perseguir al enemigo que nos han perseguido en su nombre.
Las cruentas batallas que atravesamos constantemente en este mundo, ya están ganadas. Dios sólo requiere que permanezcamos confiando en Él, escuchando quietamente Su Voz,  mirándole sólo a Él y jamás a las circunstancias, para que Él manifieste la victoria de Cristo en nuestras vidas.
El enemigo sigue clavándose la espada cada uno contra su compañero mientras permanecemos firmes adorando a nuestro Dios.
Sigamos con nuestras antorchas encendidas y el grito de victoria que proclamamos: ¡Cristo Jesús ha resucitado y vive en cada uno de nosotros!!! Dios nos fortalecerá a cada paso como lo hizo con Gedeón si así se lo permitimos. Mas que el espíritu de Gedeón esta en nosotros, ¡el Cristo  resucitado y victorioso esta reproducido en cada uno de nosotros! Toda su autoridad, poder y belleza es nuestra ahora también POR PURA GRACIA, sin ningún merito de nuestra parte.
Romanos 1:17b
Mas el justo por la fe vivirá.
2 Corintios 5:7
Porque por fe andamos, no por vista. (“Vivimos por fe, no por vista” dice la Nueva Versión Internacional).
Y, ¿Qué es la fe?:
Hebreos 11:1
Es, pues, la fe LA CERTEZA de lo que se espera, LA CONVICCIÓN DE LO QUE NO SE VE.
6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
32 ¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas;
33 que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones,
34 apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros.
Registros como el de Gedeón, están en las Escrituras para nuestro aprendizaje. Nos bendice y edifica ver como nuestro Dios trae tremendas demostraciones de poder a aquellos que confían en Él. ¡Que gozo vivir en un día y tiempo en que hemos recibido el espíritu santo, poder desde lo Alto, simiente incorruptible, el consolador, la unción del Santo que nos enseña todas las cosas. Cristo venció ya por nosotros en toda batalla, somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó y ninguna cosa creada puede separarnos del Amor de Dios.
Bendito sea nuestro Dios y Padre que nos heredó por el descomunal sacrificio de Su Hijo Jesucristo un legado tan riquísimo, un tesoro que está contenido en unos simples “vasos de barro” PARA QUE LA EXCELENCIA DEL PODER DE DE DIOS Y NO DE NOSOTROS.
¡Dios los bendiga!

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